Cinco minutos. Cinco minutos para decirte en la cara cómo y porqué te quise. No se de que manera, pero te lo diría. Puedo jurar que te tambalearías y tus ojos se perderían en los míos gritando que sí, cuando de tu boca salga un no que elija la estabilidad.
Retrocedo veinticinco millones de pasos y más.
0 imaginantes:
Publicar un comentario