martes, 4 de enero de 2011

Delirios dormidos de grandeza

Anoche soñé que yo publicaba un libro. No se muy bien como era, pero tenía algunos dibujos. Por las hojas del medio, lo dibujaba a Liniers, estaba dibujado como persona. Yo recordaba que mas que nada, el se dibujaba conejo y, mágicamente, el dibujo cambiaba solo y se convertía en el de un Liniers-conejo.
Yo estaba en una librería gritando que ese era mi libro, y pensaba que por fin le había cerrado la boca a todo el mundo, porque mi libro estaba en las librerías, y ahora le podía decir a Liniers que aparecía en el libro, era un excusa útil para hablarle.
Al flaco le caía re bien aparecer, era una especie de homenaje, y aparecía en la librería y me re agradecía, yo era grosa. Había publicado un libro. Había hecho lo que quería, me había salido bien, sin hacer caso a nada que hubieran dicho los demás, mis actitudes idiotas habían llegado a buen puerto, y Liniers creía que yo era copada. Digo, literalmente pensaba todo eso en el sueño. Cuando sueño cosas así me doy miedo.
Después soñé que en el baño de casa una amiga me contaba que no iba a ir las dos semanas a nuevstras vacaciones en Mar del Plata, porque se iba a Gesell con otra gente, y cuando yo le decía que había estado mal en no avisarnos antes me daba la razón, porque obvio que to tenía razón y me pedía perdón.

Odio cuando los sueños traen de mi subconsciente mis problemas. No me gusta, loco, si la mina se va la segunda semana a Gesell, ¡todo bien! que se vaya. Y no, Liniers no piensa que soy grosa, no escribí, ni saque un libro. No se dibujar. No voy a hacerle un homenaje a Liniers. No me gusta ser una fanática pelotuda, y mis actitudes idiotas no me llevan a buen puerto, decididamente no.
Igual hoy me desperté de re buen humor, para eso sirven los días malos. Hacen mejores los siguientes. Me gusta soñar y acordarme a la mañana que soñé. Creo que es estúpidamente genial conocerme mas por lo que sueño. Me sacaron sangre y no me desmaye, creo que hoy compensé haberme desmayado dos veces en pocos minutos la última vez. Subí un nivel, es como si me hubiera comido un honguito fosforescente. Me falta ser plomera como Mario (?), y que el día no esté nublado.

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