Gracias, de verdad gracias, a fibertel, a mi modem desfasado y a Dios que me puso en el camino la falta de internet (?), porque no tuve la oportunidad de hacer de esos idiotas y adictivos balances de fin de año escritos y publicados en internet.
De todas formas, me di cuenta, que pensar en hacer un balance del año, me provoca una sensación de llanto desconsolado; de esos que no sabes bien si son buenos o malos, pero que dejan la cara fea y los ojos hinchados. Obvio, no me voy a poner a llorar sin un motivo, o porque escribo una entrada de blog, pero me deja pensando que carajo me moviliza tanto.
Creo que comparado con el año anterior, en algún aspecto fue un año mejor, el año pasado estaba loca, traumada por mi desempleo, y no se que complejos más. Si bien este año conocí una serie de cosas de mi que no me agradan, y me volví parcialmente mas adulta, de esos adultos que no pueden manejar la situación. Aprendí que mejor que triste, siempre es contenta; que pocas cosas son verdaderamente trascendentales; y que nada, jamas, es mejor que ser yo, como quiero ser, aunque me equivoque.
Así, siendo yo, aprendo a ser mejor. Mejor conmigo, mejor con los demás, mejor con la vida. Y básicamente descubro que en el 2011 quiero ser mejor!
Es un hecho, los balances de fin de año son inevitables. Para el próximo año nuevo, cuando sea mejor, tal vez a prenda a no hacer balances, para publicar en internet.
Hola, no me gusta lo que escribí, pero lo publico igual porque soy re loca.
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