sábado, 5 de febrero de 2011

Sin ciencia

Son las 3:41 de este hermoso día que está comenzando. Todos los días son hermosos días. Como ya se hizo costumbre, no puedo dejar de pensar. Y tengo que pensar y escribir. Escribir no se porque, para que cualquiera pueda leer, porque nunca escribo solo para mi. Siempre pienso cosas que quiero escribir, siempre pienso cosas que quiero pensar, siempre pienso. 
Estoy segura de que no sirve para nada pensar, así no. 
Alguna vez en mi vida, me creí que yo era muy despreocupada, esa, a la que todo le chupa un huevo. Hoy, pensando, me di cuenta de que era al revés. Dejar que a las cosas se las lleve el viento es un mal síntoma. Síntoma de que todo me importa tanto, de una forma extraña, pero tanto, que cualquier situación me sobrepasa; y termina siendo suprimida por mi cerebro, que no entiende nada. Es super mega archi genial cuando la manera de solucionar es dejar de hacer, puedo asegurar que es 100% efectivo. Si, claro.
Hoy creo que me odio. Pero me odio mas que nada porque no puedo, ni quiero, dejar de ser así. Se que es insoportable, y por demás insano, pero es la única forma que conozco de vivir. Y soy tan pelotudamente optimista y feliz, que pienso, si no hiciera mal todo esto no sería yo, y que es mi manera, ya que ya la vida se va a ir encaminando. Porque es cierto, en algún momento todo me va a salir bien aunque yo no haga nada y tambien va a haber paz mundial. Yo soy así, soy yo y que nadie venga a corregirme, porque empiezo a gritar fuerte; porque me odio pero me amo y al carajo con las cosas que tengo que cambiar.
Lo que sobre todo creo, es que pensar todo esto también estaba de más. Pienso que tengo que dejar de pensar. Pienso que soy bastante gila. Pienso que si hubiera pensado que tenía que pensar de la forma que tenía que pensar hoy no estaría pensando tanto. Me parece completamente pelotudo pensar como pienso yo, y creo que si fuera otra persona odiaría tener que soportarme. Ya no soporto la palabra pensar, porque pensar no es hacer, pensar es pensar; y yo no se como hacer. Tengo que aprender a dedicarme nomas a cosas en las que sea útil pensar; o en todo eso que es inútil pero hace linda la vida, y no la convierte en un padecimiento sin sentido. Generalmente la gente, cuando es normal y no maquina las 24 horas del hermoso día, llega a su casa a las 3:30 y se va a dormir. No entiendo porque yo estoy tan orgullosa de ser anormal. Un día me voy a morir.
El mejor remate es decir que odio a mi conciencia. Es de esas que no son para nada copadas y anda susurrando cosas por lo bajo todo el tiempo. Que esto si, que no deberías, que pensalo mejor, que no seas forra, que todo te sale mal. Si, mi conciencia me dice que todo me sale mal y está asustándome un poco estos días. Un día, voy a pensarlo bien, y yo la voy a matar.
Ese día van a llover caramelos de menta. Que asco la menta.

Punto y coma.


Estoy casi segura de que todas estas cosas eran para seguirlas pensando nomás, pero nada, creo que ya las dije. No quiero usar el blog para esto, pero mi conciencia no me deja abstraerme de mi para escribir. Maldita conciencia. 

2 imaginantes:

Valle dijo...

Los nombres de mis entradas son basofia, juegos de palabras dignos de un periodista deportivo de olé.

An! dijo...

yo pienso que tus titulos son copados...quizás pienso mal o quizas me gustan los periodistas de olé...pero no pienso tanto como vos, asi q yo digo que me gustan...y bla.
Beso Valle!

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