Volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar. Se me acabó la nafta, me atrapó una nube, me choqué contra el piso dos millones de un edificio hecho de barras de hierro irrompibles, se fundió el motor.
Ser positiva, tirar para a delante, sonreír porque sí. no es lo mismo que conformarse con lo que hay. Vivir la vida para darla desinteresadamente no es, ¡jamás!, no recibir lo que esperas ni menos a cambio. La ilusa, muy, demasiado, archi, mega ilusa ilusión de que la felicidad va acompañada de cosas que salen bien, rebalsa y se vuelca mas rápido de lo que parece. Muchas veces lo dije, ser feliz es aprender a mirar con otros ojos lo que está todo el tiempo frente a nosotros; y si las cosas salen bien, mejor. ¡Pero que los ojos no se gasten! es sumamente peligroso empezar a ver gastado y viejo antes de tiempo; que digo antes de tiempo, no hay que mirar así. Porque entonces nada tiene sentido, ni volar, ni dar, ni mirar, ni chocar, ni ser feliz.
Solo están permitidos ciertos días de contemplación. Tirar toda la basura para un lindo reciclaje y reprogramar las funciones cerebrales en favor de lo que sucede cotidianamente.
Anteayer, ayer, hoy, me acordé de porque había dejado de lado mis ganas de experimentar algunos sentiemientos. No puedo callarme nada, no puedo dejar de expresar, todo parece pesar el doble y doy mas vueltas de las que tengo que dar. Ahora los quiero lejos de nuevo, que lleguen solo en el momento adecuado cuando algo equilibre mi desequilibrada manera de actuar. Así mis ojos no se gastan, y no se me van las ganas de sentir, como ahora. Voy a hacer fuerza por eso. Quiero aprender a vivir en el plano de lo real.
Volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar, volar. Aterrizar. Click.
1 imaginantes:
Igual mejor es dar sin esperar nada a cambio, de verdad. Ese es mi horizonte. Yeah! (?)
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