domingo, 10 de octubre de 2010

Demasiadas preguntas.

Me gustaría que existiera algún tipo de medición de personas, estadísticas sobre que es normal hacer y que no, que es conveniente y que no, que cosas hacen las personas en general, y conocer porcentajes que midan hay que conocer y que no, combinando las anteriores variables. Hace un tiempo, pensando en verso, mientras miraba la pantalla de la computadora me dije "quiero conocer el mundo de verdad" y guarde un archivo en block de notas con la frase, para recordar que quería escribir algo relacionado en el blog (si, hago esas cosas).
Cada vez que tuve ganas de escribir la recordé pero todas esas veces, vaya uno a saber porque, me pareció muy complicado desarrollar una idea al rededor del asunto. ¿Que carajo vendría a ser el mundo de verdad? ¿Que tanto me queda por conocer? Seguro que muchas cosas, en mi pseudo-ingenuidad y veinte años que quieren ser.
Es como si desde un principio hubiera tenido que elegir por donde caminar, y rodeada de que, que mundo conocer. Por mi parte, creo que elegí quedarme en medio, elegí no elegir. Y bastante complicada resulta la cuestión. Hay como una serie de pares de cosas incombinables que se ponen enfrentando dos mundos. La lucha interna es buenísima, siempre salta en cualquier cosa sobre la que quiera escribir. Intento escribir con rimas tocando enter cada 12 sílabas, pero no hay chance de que me sirva para expresarme. Será verborragia, o tal vez, tengo cosas que difícilmente transformo en símbolos lingüísticos (claro, eso es resultado de tener semiótica en la facultad)
Me reporto de regreso a los mundos. Lo complejo de la cuestión es el concepto de la verdad. Es que hay una convicción en mi de elegir un mundo verdad, una sola verdad que toma una sola cosa de cada par de ideas encontradas. Y por otra parte, las señales de mi cerebro mandan ondas contrarias a mis articulaciones. Es difícil pensar una cosa, y que las acciones me generen empezar a pensar otras. No está buena la perdida de convicciones, ni está bueno que las convicciones se deformen para que sean adaptables a cualquier cosa que quiera hacer, sin ir en contra de mi misma. Di muchos pasos que tuvieron alguna utilidad, para aprender, para crecer, para algo. Y cada tanto me agarran unas ganas locas de dar otros pasos, de esos que no aportan en nada, de esos que son de euforia e impulsos estúpidos, que no tienen un fin a largo plazo, pero parecen buena onda. ¿Como se hace para caminar hacia un lado sin irse desviando cada vez mas por otros caminos?
Tal vez la respuesta a mis preguntas sea no preguntarme tanto. Tal vez ir por otros caminos no me hace alejarme, sino que voy a tardar mas en llegar. Complicarla es algo que se me da muy fácil; y no es que ande viviendo cosas complicadas, simplemente creo que mi forma de mirar las cosas me complica hasta respirar.


Tiempo fuera!

1 imaginantes:

tutu para los amigos dijo...

No hay un mundo de verdad, no intentes tratar de conocerlo porque dificilmente llegues. La realidad es distinta para cada uno, todos recortamos un poco de lo que vemos y sabemos.

Yo me hago las mismas preguntas, pero al fin y al cabo solo llegamos al absurdo, y la felicidad esta muy lejos de eso.

Que serio todo lo que dije che!

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