No sé que decir pero quiero escribir. No sé, no se me ocurre nada profundo de lo que hablar (escribir no es hablar), no se me ocurre nada ni superficial para decir, pero siento que tengo que decir algo. Cosas que muy poca gente va a leer, cosas que no se que son pero tengo que escribir.
No se quedarme callada, pero tampoco se decir nada. Y me molesta escribir en prosa nada mas, porque los versos quedan bien. La palabra prosa me hace acordar a Ana María, mi profesora de lengua del colegio. No tenía nada que ver, pero no tengo tampoco nada que decir, y no se escribir en verso; porque no se quedarme callada, ni medio renglón, pero tampoco se decir nada.
Creo que estoy pensando demasiadas cosas a la vez, y ninguna se decide por dejar pasar a la otra. Hay un embotellamiento mental que no me deja pensar con claridad. Tengo que escribir, pienso, no se porqué. Tengo que dejar de escribir y empezar a pensar un poco mas, pensar bien y un poco mas.
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